Si bien los héroes de la lucha contra la COVID-19 han sido los médicos, enfermeras, todo el personal de la salud y de servicios generales, resultaría justo y necesario incluir en esa honrosa lista a los docentes y aún a los padres y cuidadores, que han asumido el rol de educadores desde casa. Así lo sugiere Adyel Quintero, autor del artículo “Tres llaves maestras para una comunicación virtual efectiva”, publicado en la revista Ruta Maestra.
A lo largo de su escrito, Quintero sostiene que, con la intensificación de la comunicación a través de medios virtuales, muchos docentes empezaron a sentirse en un entorno desconocido, raro, hostil, por lo que mantener “conectados” a los estudiantes a sus clases y, en últimas cumplir con los objetivos de aprendizaje, no ha sido una tarea fácil.
Aun así, el autor presenta aspectos clave que harán más divertida la transformación social que ha traído consigo la digitalización de los entornos y de las relaciones humanas, y que, de seguro, es un camino sin retorno, por lo que los esfuerzos deben de estar concentrados en gestionar ese cambio, disfrutarlo y sacarle el mejor provecho. A continuación, algunas sugerencias útiles:
Entablar un diálogo verdadero en busca de una experiencia extraordinaria
Hacer memorable el momento, de eso se trata. “Si queremos que el conocimiento compartido se quede, necesitamos comunicarlo de manera extraordinaria. Nuestros docentes no suelen ser entrenados para ello, y fue por eso por lo que, cuando les llegó la virtualidad, la cual supone un reto comunicativo mayor, varios entraron en crisis”, dice Adyel Quintero.
Tres llaves maestras para una comunicación virtual efectiva
1. La voz (tono y ritmo del habla)
Manejo del tono. Esta es la característica de la voz que más refleja las emociones. Al reír, la voz normalmente se agudiza, y cuando hay preocupación o tristeza, fluyen los tonos bajos. ¡Es imprescindible usar el tono como herramienta para conectar emociones positivas!
Ritmo del habla. Similar a lo que ocurre con el tono, cuando este no tiene variaciones, puede causar que quien escucha, deje de seguir lo que expone su interlocutor y empiece a hacer o a pensar en otras cosas. Cuando una persona se encuentra acoplada a una máquina de monitoreo de signos vitales y está viva, hay curvas, altos, bajos, picos; en el instante en que muere, se observa una línea recta. Si al comunicar, el ritmo se torna predecible, es como estar “muertos” para el público.
2. Corporalidad
Hay señales en el cuerpo que evidencian cierta “ausencia” y, en múltiples ocasiones, a la mente se le atribuye demasiado peso en la mayoría de actos comunicativos.
La mirada. Los ojos deben centrarse en la cámara del computador, el celular o la tableta digital desde el cual se esté transmitiendo. Con esto, se garantiza que el público tenga la sensación de que realmente le están mirando a sus ojos, así se logra cercanía y concentración, por lo que se reduce el uso de muletillas.
Las manos. Hay que permitir que las manos acompañen, convoquen, guíen al pensamiento y a la voz, mediante gestos relajados, abiertos hacia la audiencia, variados y, en las comunicaciones virtuales, “visibles”. Se sugiere ubicar la cámara de tal modo que se observe un plano medio para la transmisión (mitad superior del cuerpo) que ayude a que se vea la danza gestual de la persona; un plano medio, y un ángulo neutral, el cual se consigue ubicando la cámara más o menos a la altura de la mirada de la persona.
3. La palabra
Las historias constituyen eficaces herramientas de persuasión y de conexión con las personas. Cuando alguien dice: “Había una vez…”, o, “Te voy a contar una historia…”, se activa automáticamente en modo “atención”. ¿Qué tanto usa semejante recurso en sus comunicaciones virtuales? ¿Es posible explicar una ecuación diferencial, una fórmula química, un proceso biológico, a partir de una historia de nuestra vida que, además, les ayude a los estudiantes, o al público en general, a conocerle mejor, verle más cercanos e interesarse más en sus mensajes? ¡Claro que sí!
Cada una de las tres llaves maestras, anteriormente expuestas (voz, cuerpo, palabras), tiene gran cantidad de principios para lograr unas clases altamente cautivadoras, extraordinarias y memorables. Les invitamos a leer el artículo completo.
Texto basado en: Tres llaves maestras para una comunicación virtual efectiva, por Adyel Quintero.
Fuente: Revista Ruta Maestra
Foto de portada tomada de La Vanguardia